Gigantes versus Enanos

50.000 personas (según la Policía, 500.000 según sindicatos) se manifestaron ayer en Madrid. Foto: G.L El País


Llevamos toda la semana escuchando cómo se van a tirar a la basura los derechos de los trabajadores. Abaratar el despido, modificar las condiciones laborales sin previo aviso cuando disminuya la competitividad de las empresas, despidir a los empleados cuando baje la productividad. Todos estos cambios, eso sí, orientados a incentivar la contratación con el fin de lograr disminuir el número de parados en España. O sea: que para fomentar la contratación lo que hay que promover es el despido. 

Porque si se ofrece empleo en peores condiciones, pues debería poder ofrecerse al menos un mayor número. De sentido común vamos: con los esfuerzos dedicados a confeccionar un vestido de noche de alta costura, en Zara se deben de poder coser más de 100 trajes de características similares. Así que, con los puestos de trabajo igual, a ver si como en los centros de Inditex también se los quitan de las manos.

Tira de Oroz

Claro que hasta que veamos las estantería llenas de contratos de papel de fumar, con las costuras rotas, y sin ningún derecho de reclamación porque estás prendas garantía no tienen ninguna, pues qué menos que sospechar de las intenciones de quienes están montando las cadenas de fabricación en serie. Porque vale que nos presenten esta norma como la más eficaz de las medidas. Pero también nos presentaron a ZP como el causante de esta Crisis de dimensión mundial, y me da a mí que no va a ser él el artífice de semejante catástrofe. Porque el hombre lleva ya tres meses en su casa, y el mundo no es que siga igual, es que va a peor.

Son muchos los que desconfían de esta Reforma Laboral, y ayer tomaron las calles de las capitales de este país abanderados por los sindicatos para quejarse por las medidas a adoptar. A juzgar por sus declaraciones, parecían enfadados por que se siga apoyando a los gigantes a costa del esfuerzo de los enanos. Supongo yo, que los millones de manifestantes de ayer, no se corresponderán con millones de votantes al PP el 20N. Porque quiero pensar que ninguno de los manifestantes de ayer era alguien que había confiado en que los populares curasen, con una operación de derechas, una enfermedad laboral perjudicial para los trabajadores. ¿O sí?


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