Fuel Fandango regala su brillante soul en el Doka
Nita, vocal de Fuel Fandango, en un momento de la actuación en Donostia. Foto: Sara Santos |
"Their hearts were looking for their warming, shiny, groovy soul. Their hearts were looking for their warming, shiny; groovy soul. Their hearts were looking for their warming, shiny, groovy soul. They were looking for their soul." Cambiamos el sujeto, y el estribillo de su tema estrella describe fielmente los ánimos del público donostiarra en el concierto que les ofrecieron en San Sebastián el pasado viernes por la noche. Porque los corazones allí reunidos andaban en busca del soul de moda, y Fuel Fandango se lo regaló entre risas, bailes y vítores.
Una ola de frío siberiano golpeaba la capital guipuzcoana durante la primera visita de este trío a la ciudad, pero los varios grados bajo cero no fueron motivo para eludir la cita con el enérgico grupo, y más de un centenar de personas acudieron a la llamada de su cálido soul para combatir la helada noche.
La decoración del escenario basada en motivos florales es un clásico en cada actuación. Foto: Sara Santos |
La reunión tenía lugar en el Doka, y antes de las nueve los asistentes ya calentaban motores a ritmo de cerveza, apurando nicotina en la puerta del local. Los más impacientes se iban agolpando frente a ese escenario decorado con rosas para la ocasión, e inmortalizaban el micrófono y la batería más floral con sus iphones, matando el tiempo hasta la llegada de los protagonistas de la noche: Nita, Ale, Carlos, y los trece temas que componen su primer LP.
Junto con las flores, los abanicos son el otro imperativo en la puesta en escena de este trío |
Temas estos que empujaron al baile de principio a fin: desde que sonaron las primeras notas, y Ale y Carlos aparecieron en escena, hasta que Nita cerró la actuación a golpe de abanico. Porque su propuesta viene arropada por una impetuosa percusión, un eléctrico guitarreo, y unas contundentes bases electrónicas. Con estos ingredientes, el trío va hilando enérgicos temas que la vocal recorre insaciable buscando soluciones, enterrando el desamor, reafirmándose en su lucha, frenando sus miedos, y alabando el poder del amor.
Juego de muñecas y de abanico, toque distintivo de la vocal |
Y viaja por esas letras suyas en clave soul, rindiéndose al rock cuando así se lo piden su guitarrista y el batería, y echándole muchas ganas cuando se entrega a esos palos flamencos en los que tan cómoda se le ve. Los temas de Fuel Fandango llegan en inglés, con pinceladas en castellano, y vieron la luz en CD hace ya casi un año. Claro que antes de esa fecha, los artistas ya habían paseado sus piezas por la geografía nacional y parte del extranjero, y ese recorrido es evidente en sus actuaciones.
Agradecida con la respuesta del público, Nita cedió el micrófono a la audiencia |
Porque sus recitales vienen marcados por una interpretación de papeles, una estética y una coreografía muy trabajados. No habría concierto que vale si el guitarrista no acabase subido a los bombos de la batería, si el abanico no apareciese dos temas antes del fin cuando empieza a sonar Just para acabar de enloquecer a la audiencia, o si no cayesen coloridos confetis desde la tarima al son de Always searching, momentos previos a dar por concluida la sesión de música.
En Donosti los confetis llegaron en forma de brillantes corazones rojos; y me atrevo a afirmar que más de uno de esos corazoncitos estará ahora guardado como oro en paño por esos asistentes que se agacharon a recogerlos tras la actuación. Un gesto debido, seguramente, a las ganas de llevarse a casa un trozo de ese rico rato que pasaron con Fuel Fandango en el Doka, una noche que se presentaba gélida y que acabó siendo sofocante.
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