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De cuando te alegras no de recuperarlo, sino de entender que jamás lo perdiste
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¡¡¡¡Cariño añejo a la vista!!!!
El tiempo parece no pasar entre ambos, compartimos confidencias prohibidas para el resto del mundo, nos reímos de recuerdos sólo aptos para dos, dibujamos situaciones imposibles de pintar sobre otro lienzo y me relajo de manera sobrenatural. Como al entrar en casa, siento los muros protectores, entrañables los secretos vivos en cada habitación, y me paseo descalza y con la cara limpia, sin pinta labios, sin pretender embellecer lo que menos me gusta, sin intentar proyectar una imagen determinada, y me rindo a ser cómo soy en realidad...una yo misma que no presentaría fácilmente a mis demás amigos.
Poner mar, tierra y tiempo de por medio es a veces necesario. Cuando no vives un sitio. Cuando has dejado de impresionarte por sus virtudes. Cuando dejas de ser para depender. Cuando dejas de entender para reprochar. Cuando sabes que en ese momento, en ese lugar, con esas inquietudes y con esa persona, no es como quieres que sea… Y cuando entiendes, y reconoces, que ahí y entonces no puede ser como lo estás soñando, te vas.
Te alejas. Intentas olvidar, porque recordar duele. Lo añoras, aunque no dudas. Pero sí echas de menos. Te has rendido a que no hay rescate que valga la pena. Sientes el barco ya hundido, cada vez más lejos, y, aunque te duele no poder mantener a flote ninguna parte de una embarcación en la que navegabas feliz, te rindes y dejas que se te hunda dentro. Muy dentro. Tan dentro que cuando emerge te sorprende su capacidad de flote.
Te ves en alguien. No buscas ser en él, pero sí te encuentras.
Y cuando te has acostumbrado a una nueva embarcación, ahora la tuya, a flote, y vas navegando a toda vela, te sorprendes pensando en el monocasco que dejaste bajo el agua. Deshaces aquel mar, aquella tierra, porque saber qué queda de aquella etapa en esta nueva época se vuelve imperativo para seguir adelante. Llegas temorosa, vestida de exploradora, con aspiraciones de descubrimiento, a ver qué encuentras... y resulta que te ves entrando en casa, paseando descalza, con la cara limpia, sin pinta labios....
El tiempo cura las heridas, calla las sensaciones constantes, amansa el dolor. Pero no debasta las fortalezas levantadas con amory paciencia por el camino. Sólo arrastra los tejados construidos para capear temporales de paso: esas chabolillas útiles para hallar superficial cobijo en tormentas muy concretas. Porque los hogares, los de verdad, no caen. De hecho, siempre tuvieron la puerta abierta... hubiese bastado con llamar al timbre y sonreír.
Retumban los tambores , redoblan los barriles , ondean las banderas , suenan diez canciones una y otra vez durante 24 horas , bailan las cantineras , invaden las calles soldados y cocineros , y canta todo un pueblo emocionado . Pero, ¿Qué pasa en San Sebastián cada 20 de Enero? ¿Qué lleva a los donostiarras a echarse a la calle armados de semejante percusión? ¿Qué se conmemora con la tamborrada ? Se celebra que es el día del patrón de la ciudad . Porque el 20 de enero es el día del Santo que da el nombre a San Sebastián, y se festeja rescatando un capítulo de su historia. Aquel en que, a principios del siglo XIX , las tropas napoleónicas habían llegado a la ciudad. Una villa amurallada ubicada en la falda de Urgull, por cuyas calles paseaban los soldados franceses tocando el tambor , y se cruzaban en las fuentes con las mujeres donostiarras, que aguardaban para llenar de agua sus barriles. Historia de la tamborrada de San Sebastián Cuenta la historia que los loca
Abrimos la puerta y lo intuimos: no estamos entrando en un bar más de pintxos de la Parte Vieja de Donostia . Así nos lo anuncia la música, la cálida iluminación, y la estética del local. Los gritos han pasado a ser murmullos; la radio de fondo se ha remplazado por temas pinchados a conciencia; y el blanco neón se ha apagado para que las luces de colores bailen al ritmo de la canción. La primera singularidad de este lugar es la carta de pintxos . Desde chuleta a la brasa, hasta arroz negro, pasando por una selecta carta de postres entre los que están el helado de Idiazabal o la clásica mamia . Platos propios de un restaurante, que en el Atari Gastroteka se sirven en barra y en miniatura para brindar la oportunidad de probarlo todo. Como su propio nombre indica, hemos tocado “la puerta a un espacio dedicado a la gastronomía” . Y, como se sobreentiende del apelativo en vasco, una gastronomía de aquí. Pero, más allá del quehacer en la cocina, en esta casa situada frente a
La bailaora Rocío Molina. FOTO: www.rociomolina.net El baile flamenco se reinventa en la interpretación de la bailaora Rocío Molina . Los clásicos taconeos y figuras del baile jondo conviven en escena con elementos poco flamencos, llegados al tablao para ensalzar los pasos de baile de la artista. Una pandereta, una copa de vino o una botella de cristal sirven a esta bailaora malagueña para regodearse en su maestría en el arte de los tacones , y enriquecer su interpretación . Capaz de zapatear mientras toca la pandereta, moviéndola con la elegancia propia con que una gitana bailara con su mantón, sorprenden los recursos de que se sirve esta bailaora para interpretar flamenco. Apoyada en una guitarra española y dos palmeros , que a su vez ejercen de cantaor y de percusionista, va desgarrándose por el escenario con un control maestro de sus pasos . Foto: www.rociomolina.net El pasado sábado, la bailaora llegó a San Sebastián para presentar la obra Danzaora , de la
Sentirse persona antes que cliente en la barra de un bar es un motivo por el que inclinarte por determinados locales. Porque el café sabe más rico cuando te lo sirven sin preguntarte cómo lo quieres , y porque es más agradable beber cerveza cuando el número de vasos va creciendo proporcionalmente al número de interlocutores. Hay muchos aspectos en juego a la hora de valorar qué bares frecuentar. Algunos de ellos podrían ser el tipo de gente que lo alterna, la música o la decoración. Pero el que te saluden por tu nombre de pila según cruzas la puerta debe de ser uno de peso. Porque en el Alboka nunca han dejado de hacerlo, y treinta años después de su apertura, las generaciones que eran jóvenes cuando se servían las primeras cañas siguen acudiendo a tomárselas allí. Claro que también hay otros. Porque entramos y nos encontramos una barra en L de madera acabada en líneas curvas . Un suelo de ladrillos y baldosas rojo añejo . Un espacio en alto con cuatro mesitas redonda
Mientras la sociedad civil senegalesa lleva tomando las calles de varios municipios de Senegal un mes entero, y a estas alturas en las calles de Dakar ya se está librando una batalla entre la Policía Nacional y el Ejército senegalés contra la población civil , en los medios de comunicación españoles no se dice ni pío. Algunos de los analistas políticos más prestigiosos del país hablan ya del peligro de una dictadura por parte del Presidente Macky Sall , y aquí, donde tanto nos gusta hablar de ellos cuando llegan en pateras, hacemos mutis por el foro. ¿Qué está pasando en Senegal? ¿Por qué la comunidad senegalesa que vive en España lleva desde febrero más pendiente que nunca de las noticias de su país? ¿Por qué el encarcelamiento de Ousmane Sonko ha sido la gota que ha colmado el vaso? La acusación y el encarcelamiento de Ousmane Sonko, el detonante de la rabia de los senegaleses contra los abusos de poder de Macky Sall Primero, se le acusó de violación en febrero . Luego se
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