Carlos Lacunza, Director de Lacunza IH: "En esta escuela somos exportadores puros, porque traemos divisas a la ciudad"


Los cursos de español comenzaron como un servicio a los profesores nativos británicos que venían a San Sebastián a impartir clases de inglés en Lacunza. Con el tiempo, estos cursos fueron profesionalizándose, y hoy en día Lacunza International House trae más de 1.000 estudiantes anualmente

La apertura del Guggenheim, y la tregua de ETA han sido, según su Director, Carlos Lacunza, dos hitos en el turismo de la cuidad, que han facilitado la atracción de turistas. El pasado mes de enero, Carlos cumplió 25 años al frente de esta escuela por la que han pasado una hija de Steven Spielberg, Andrew Mccarthy o un hijo del ex vicepresidente de E.E.U.U. Al Gore. Aprovecho el aniversario para que nos cuente cómo ha sido el primer cuarto de siglo de esta escuela, que lleva trayendo turismo de calidad a la ciudad desde 1989.

En enero has cumplido 25 años al frente de Lacunza International House. ¿Cómo comenzó la aventura de enseñar castellano a extranjeros en San Sebastián?

Yo empecé a trabajar en esto en 1992. El 27 de enero del 92, era un lunes. Pero la historia de enseñar castellano a extranjeros en Donostia empezó realmente en 1977, con mi padre. Fue fruto de la adhesión de su escuela Lacunza de inglés a la organización International House.

Desde 1956 mi padre solía ir a Inglaterra para buscar profesores de inglés para la escuela. Ponía un anuncio en un periódico y alquilaba una habitación de hotel donde hacer las entrevistas. Una de las veces que fue para esto, vio un anuncio de International House, se acercó a preguntar e hizo un curso de formación de profesores.

Así que nos afiliamos a IH y pasamos de ser una persona a integrarnos en una organización donde había otras personas dedicadas a lo mismo. Además, ofrecía un servicio de recrutamiento de profesores, lo que implicaba poder cesar los viajes a Londres, pero una de las condiciones era enseñar a los profesores el idioma local. Y eso fue el germen del Departamento de Español de la Escuela Lacunza, que yo comencé a dirigir hace ahora 25 años.

Aquellos tiempos deben de tener muchas diferencias con hoy día...

En 1989 empezamos a traer estudiantes extranjeros. Eran unos años difíciles y había pocos estudiantes. En el año 1992, mi primer año, tuvimos 112 estudiantes en la calle Moraza número 5, casi todos en verano. En esa época la situación política estaba caliente. La palabra español aquí era complicada. Por eso aún decimos a menudo Spanish Courses.

¿Qué ha cambiado de aquellos tiempos a los actuales para que la escuela haya seguido funcionando y creciendo durante medio siglo?

Yo siempre hablo de tres hitos para el crecimiento del turismo en San Sebastián. Y digo turismo porque, hoy día, la enseñanza de nuestra escuela tiene un punto muy turístico. Se mezclan el aprendizaje de una lengua, con el descubrimiento de un sitio nuevo, y el conocimiento de otra cultura.

Lo primero que nos benefició fue la apertura del Guggenheim Bilbao, en 1997. Recuerdo que solía ir a workshops donde tenías 20 minutos para convencer al agente de que te mandase alumnos. Cuando me preguntaban por la situación del País Vasco se me caía el alma a los pies porque se me iban cinco minutos explicando que aquí no había ningún problema. A partir de la apertura del Guggenheim les decía que venían un millón y medio de turistas al año y que nos les pasaba nada, y ya podía empezar a hablar de lo buena que es mi escuela y lo bonito que es San Sebastián.

El segundo hito fue la Tregua de ETA. Eso se ha notado mucho. Y finalmente la Capitalidad Europea de Donostia San Sebastián 2016. Este verano la ciudad estaba a tope. Pero seguimos teniendo el problema de la estacionalidad y el hecho de que todo se centre en la Parte Vieja, las playas y Gros. Además, en nuestro caso, en 2004 se organizó un FEDELE en San Sebastián, y en 2006 se celebró el workshop de International House. Esto también influyó positivamente para nosotros. Nos gustaría repetir en 2018.

¿Por qué consideras que Donostia es un destino atractivo a nivel turístico?

Hace tiempo tenía un agente que se empeñaba en que le vendiese mis cursos en tres palabras, y le decía que San Sebastián era ciudad, mar y montaña. Pocos sitios reúnen esas tres cosas. Aquí no tenemos el bagaje histórico de los árabes, pero sí mucha naturaleza para quienes les guste el deporte y la vida sana. Somos una ciudad muy europea con un alto nivel de servicios: buenos transportes, casas de cultura de calidad y grandes festival culturales. Y además tenemos la cultura vasca, que se refleja en múltiples festejos, y son celebraciones de las que puede disfrutar todo el mundo.

Podríamos considerar que Lacunza IH tiene un componente muy turístico...

Por supuesto. Un factor importante es que nosotros traemos a gente, no damos servicio a gente que ya está aquí. Conseguimos que más de 1.000 personas vengan a San Sebastián anualmente, y se gasten dinero en San Sebastián. En pernotaciones, que es la palabra que les gusta usar en Turismo, hemos llegado a las 28.000. Somos exportadores puros porque traemos divisas. Andamos a caballo entre la educación y el  turismo. Y nuestro principal problema es gestionar la dificultad de la estacionalidad: pasamos de 20 alumnos por semana en invierno a 200 en verano.

¿La capitalidad haya ayudado quizás a vencer esa estacionalidad?

No tengo claras las consecuencias de SS 2016, porque dada la sobre información de hoy día, creo que la gente se olvida rápido de las cosas. Ha sido un buen impulso, pero mantener ese nivel va a ser difícil. Creo que el producto es muy bueno, pero tiene el handicap de los precios, que son más altos que en el resto del país, así que ya veremos.

¿Para aquellos que estén pensando en venir a Donostia de vacaciones, por qué les recomendarías hacer un curso de castellano en la escuela?

El día es largo y dedicar tres horas al empezar el día a aprender una lengua extranjera te va a dar la sensación de haber hecho algo útil y llenar de satisfacción. Además vas a conocer a mucha gente de otros países y a vivir en un ambiente muy internacional. Y por supuesto está el hecho de poder hacer actividades que cualquier turista no haría.




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