Mamia: un antes y un después
Imagina la gastronomía vasca como un ser vivo. Como un ente en movimiento, uno MUY poderoso, que influye en la vida de todo el que le rodea. Está esta persona, como nosotros, compuesta por un sinfín de elementos diferentes. Piernas, cerebro, órganos vitales, pulmones, OJOS. Muchas partes interconectadas que conforman un todo único. Un conjunto virtuoso, complejo con mil matices, capaz de un sinfín de talentos que proyecta sobre todo a su alrededor. Es, por su fuerte personalidad y sus brillantes capacidades, un ser necesario, querido, y admirado. Como ese miembro de la familia, o ese amigo, sin el que no podemos pasarnos. Sin el que no hubiésemos superado un determinado obstáculo; sin cuyo apoyo no hubiésemos alcanzado nuestro más profundo anhelo; sin cuyo cariño vivir sería posible, sí, pero también una experiencia mucho más pobre, cruda. Tales son las virtudes de este ser vivo que se ha estudiado su comportamiento hasta la saciedad. Para entender cómo es capaz de ta...